Génesis Méndez Alzolar del colectivo ARQTIVISMO, ha publicado un artículo a partir de una entrevista que nos hizo, titulado RECONSTRUIR PETARE.
Aquí su publicación original http://arqtivismo.com.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=101:reconstruir-petare&catid=16&Itemid=192
En la entrevista damos una opinión crítica sobre algunas intervenciones recientes en Petare, algunas de las cuales en las que hemos tenido la oportunidad de participar, conversamos sobre la importancia del acuerdo entre diferentes actores (comunidades, universidades, gestores públicos y privados) para lograr la transformación urbana y damos una opinión sobre los ejes estratégicos de una posible intervención integral del barrio. Transcribimos aquí el artículo…
RECONSTRUIR PETARE
Si se llega a Caracas a través de la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, decenas de casas de llamativos colores le dan la bienvenida al visitante. Se trata de uno de los barrios más grandes de Latinoamérica: Petare, en donde, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), para el 2011 convivían 599.237 habitantes bajo su propio riesgo.
Sin embargo, en los últimos años en la ciudad parece haber despertado un interés por este coloso. Proyectos como Espacios Sucre, en conjunto con las iniciativas del servicio comunitario de la Universidad Simón Bolívar (USB) y el proyecto Espacios de Paz se han colado dentro de los callejones y plazas del barrio, para preguntarle a la gente qué es lo que necesita y, en conjunto con ellos, construir un espacio mucho más habitable. Cabe preguntarse si esto es suficiente para enfrentar la situación.
De pueblo a ciudad
“En mi opinión, Petare es la producción más eficiente del caraqueño. Se trata de casi 600.000 personas que viven allí, con muy pocos recursos y sin apoyo del estado. Por un lado, hay un enorme valor en lo que el ciudadano ha podido hacer. Por el otro, es donde la ineficiencia del Estado se hace más evidente”, reflexiona Ignacio Cardona, profesor de la USB y director de la oficina Arquitectura, Ecología y Paisaje (AREPA).
De esta manera se revela el pequeño pueblo aledaño a la ciudad que en los años 90 experimentó un crecimiento acelerado hasta convertirse en lo que se conoce hoy día: “un mar intrincado de viviendas”, según expresa Cardona.
Así, de acuerdo con el arquitecto, a pesar de las hermosas vistas que caracterizaron en otros tiempos a Petare, ahora se imponen tres grandes problemáticas: la conectividad, tanto dentro de las comunidades, como con el resto de la ciudad; la falta de equipamientos, sobre todo escuelas y centros deportivos; y, por último, el riesgo que presentan sus infraestructuras.
Proyectos e iniciativas
Con todo, durante los últimos años, para abordar los problemas de la comunidad petareña, la Oficina de Proyectos Especiales del Municipio Sucre, se ha enfocado en la construcción de espacios públicos. Así, dentro de este marco surge Espacios Sucre, a través del cual se realizaron más de 29 espacios públicos en la zona, en conjunto con estudiantes de la USB, entes privados y miembros de la comunidad.
Como ejemplo de ello se encuentra el proyecto Estribas Urbanas, el cual consistió en la rehabilitación del bulevar El Carmen, en el barrio La Unión. En este plan, que data del 2011, la arquitectura y el arte se dieron de la mano para darle otra cara a un espacio de importante afluencia peatonal, en el cual confluyen 19 sectores de los alrededores.
Por otro lado, aparte de Espacios Sucre, se encuentra la iniciativa Espacios de Paz, a través de la cual los colectivos de arquitectos Pico Estudio, PGRC y Todo por la Praxis (España) se dieron a la tarea de intervenir un espacio en el barrio 5 de julio, de Petare.
Ante estos proyectos e iniciativas Cardona, quien también trabaja con el diseño participativo y los espacios públicos, apunta que es necesario encontrar un punto intermedio, entre las intervenciones puntuales y los proyectos a gran escala.
En tal sentido, el arquitecto explica que se pueden distinguir dos paradigmas para intervenir los barrios: “En uno, los arquitectos, urbanistas, técnicos, etcétera, intervienen el barrio a partir de un conocimiento normativo, desde la sapiencia universitaria, por decirlo así. Esta mirada tiene un problema: si tú desoyes el valor de las opiniones de las comunidades, puedes estar desatendiendo necesidades reales de lo que allí pasa”.
Por el otro lado, indica Cardona, se encuentra un paradigma que tiene que ver más con los saberes y el conocimiento popular. En este prevalecen las opiniones de las comunidades. Sin embargo, también existe un problema: si se desoyen las necesidades normativas que tiene el lugar y que es el técnico quien puede leerlas con mayor claridad, se pueden producir importantes contradicciones luego.
“En nuestro país no hemos llegado a una mirada intermedia, eso a lo que Martiza Montero llama un ensanchamiento ecuatorial entre las necesidades normativas de los técnicos y las necesidades sentidas de la gente. Yo sí creo en el diseño participativo, pero es mentira que a partir de un taller de una semana se van a resolver los problemas de una comunidad como Petare, pero también es mentira que una intervención estatal que desatiende a lo que dice la comunidad, lo va a resolver. Es necesario encontrar un punto intermedio”, expresa.
“Yo siento que un poco lo que atenta contra nosotros es el inmediatismo. Estas iniciativas puntuales pueden ser el germen, pero es importante que estén insertadas en un plan a largo plazo, para aportar soluciones duraderas”, concluye. Asimismo, el arquitecto resalta el valor de trabajar en estos proyectos en equipo: entes públicos, privados, la comunidad y la academia.
Por: Génesis Méndez Alzolar