En su libro Delirious New York (1978) Rem Koolhaas ironizaba sobre la idea de un edificio vertical que iba construyendo un mundo sobre el otro hasta alcanzar el firmamento. Se va construyendo la noción de una arquitectura de propiedades horizontales independientes con sutiles conexiones verticales.
Pero el caso de los asentamientos informales en pendiente nos trae una condición geográfica que obliga a repensar la idea del edificio vertical. Los barrios ya se encuentran segregados verticalmente. Vivir en Petare, por ejemplo, es estar a pocos metros de distancia geográfica de los servicios que te brinda la ciudad, pero las pendientes, la distancia en vertical, imposibilita la conexión. Allí la idea de “mundos horizontales” que se van segregando verticalmente ya está dada, de manera que la verticalidad es una oportunidad para vincular.
Sobre este tema se trató la experiencia del trimestre Septiembre-Diciembre 2013 en la Universidad Simón Bolívar que los profesores Rodrigo Guerra e Ignacio Cardona tuvimos la oportunidad de llevar como docentes.
La idea surgía de una conversación, en un almuerzo con el profesor y amigo Lorenzo González-Casas. Si una persona puede ir en el Sambil desde Nivel Autopista a Nivel Entretenimiento, haciendo de ese paseo un rato agradable. ¿Por qué no pensar en la idea de un PASAJE VERTICAL que permitiera conectar dos sectores de ciudad a través de un programa predominantemente comercial?. Un residente del Barrio El Cerrito (Petare), por ejemplo, podría llegar en transporte público hasta la Redoma de Petare, desde allí entrar en un PASAJE VERTICAL para recorrer bellos espacios, comprar una que otra cosa (la compra suele ser común en estos contextos cuando estás a punto de llegar a casa) y, a través del edificio, llegar a tu barrio y de allí a tu casa.
Esta fue la premisa, muy sencilla dada a los estudiantes, cumplir con el encargo de “conectar verticalmente” a través de la arquitectura. Cada cuadro estudiante construiría un sistema de ciudad donde se ubicarían cuatro PASAJES VERTICALES.
Estudiamos referentes magníficos donde la verticalidad es signo de conectividad entre sectores. Algunos de ellos fueron el Pasaje Zingg (Arthur Kahn, 1953), donde se ubicarían las primeras escaleras mecánicas de Caracas, las escaleras-mercado para el “23 de Enero” diseñadas por el maestro Jorge Rigamonti (1994), el sistema de escaleras de la Comuna 13 – San Javier en Medellín, las escaleras mecánicas de Toledo (2001) de Elías Torres y José A. Martínez Lapeñas, y -a pesar de su aislamiento frecuente con el resto de la ciudad- el fenómeno de los mundos verticales conectados del centro comercial.
Conversamos sobre las implicaciones urbanas de los dispositivos arquitectónicos que los estudiantes trabajarían durante el curso. Aquí algunos gráficos desarrollados por Ignacio Cardona durante la clase (trabajados con la herramienta Bamboo Paper):
Luego, los estudiantes estudiaron las características técnicas de diferentes mecanismos de conexión vertical: ascensores, escaleras mecánicas, funiculares, etc. Visitamos el lugar y comenzamos a proyectar.
El taller se centró en generar propuestas urbanas y arquitectónicas que exploraran las posibilidades de crear estos PASAJES VERTICALES como estrategia para resolver la barrera topográfica entre el ciudad informal y formal. Debido a la naturaleza de las intervenciones, la relación de las propuestas con el Paisaje Urbano hubo de ser estudiada.
La aproximación a la noción de Paisaje Urbano se hizo desde dos perspectivas: en primer lugar, el Paisaje Físico, donde se abordaron aspectos como los materiales de construcción, la topografía y la vegetación.
Debido a la elevación de Petare, no es sólo una parte del paisaje de la ciudad, pero también uno de los mejores miradores sobre el resto de Caracas y el Ávila. En segundo lugar, el Paisaje Social producto en la riqueza histórica de un lugar con más de 250 años de historia, de gran variedad socio-cultural y étnica.
Por razones académicas, se decidió explorar las posibles Conexiones Verticales en un sector acotado, siendo este un rectángulo de 1.600m de largo y 400m de ancho situado a lo largo de la Avenida Francisco de Miranda, principal eje de movilidad superficial del este de Caracas relacionado con la línea más larga del metro.
.
.
.
Se seleccionaron cuatro lugares en función de su potencial. Cada cuatro sectores conformaban un conjunto desarrollado por cuatro estudiantes a manera de “plan”, estos cuatro lugares fueron:
1. “El Pueblo”, centro histórico fundacional que data del siglo XVII, con fuerte arraigo social.
2. “La Redoma”, que hoy en día es un nodo muy congestionado de transporte urbano y el comercio informal, por donde caminan más de 10.000 personas en horas pico.
3. “Las Vegas de Petare”, zona paralela a la avenida muy infrautilizada por su gran pendiente.
4. “Las Escaleras de la Muerte”, línea de la escalera existente, en terribles condiciones, que conecta Petare y con el metro y la avenida, que es utilizada por más de 10.000 personas al día.
.
.
Las propuestas alcanzadas en el curso fueron muy diversas, ejemplificando una amplia variedad de aproximaciones al paisaje. Hubo proyectos desarrollados a partir de la idea de crear nuevos paisajes, otros fueron concebidos desde la idea de explorar el potencial del edificio como mirador, otros – dada la fuerza de la topografía- salieron de la tierra como curvas de nivel, también hubo algunos que se apropiaron de la publicidad como elemento arquitectónico y transformador del paisaje urbano. De esta forma, todos los proyectos tuvieron una relación estrecha con el Paisaje Físico.
A nivel arquitectónico la verticalidad fue el signo de la espacialidad interna, cada uno de los casos de estudio (Pueblo, redoma, Las Vegas y Mesuca) tenia un edificio hito en cada plan. Guiados bajo los preceptos de “La Arquitectura de la Ciudad” de Aldo Rossi (1966) estos PASAJES VERTICALES se convertirían, además de conectores urbanos en hitos que permitirían servir de guía, dar legibilidad al territorio y consolidarse como señal ordenadora del lugar.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Adicionalmente, con los estudiantes comenzamos a jugar en unir diferentes cuadrantes de diferentes equipos, para demostrarnos que si la edificación lograba articular un PASAJE VERTICAL claro, podía ir articulándose con diferentes miradas urbanas.
La realización de proyectos que estén íntimamente ligados a la lógica de la preexistencia, la trama urbana y las trazas geográficas, permitieron secuencias que van articulando una continuidad urbana a partir de la arquitectura, preservando también la diversidad urbana que el contexto nos presenta.
.
.
.
.
.
.
Dejamos aquí una de las entregas, en este caso del Plan 2 – Umbrales de Petare de los estudiantes María González, Karen Mata, Valeria Ramos e Israel Leal.
.
Asimismo algunas imágenes de la entrega de la estudiante Karen Mata, correspondiente al PASAJE VERTICAL en la Redoma de Petare con el barrio El Cerrito, parte del Plan 2 – Umbrales de Petare:
EXCELENTE VISION DE FUTURO HUMANO
FELICITACIONES HIJA POR TU PASION Y TU ESFUERZO…