A partir de una plaza que funge como nodo de conexión entre lo existente y lo propuesto se ordena el nuevo terreno norte del club puerto azul. Los límites están tratados según la naturaleza de los mismos. Al norte la nueva playa oceánica conformada por dos zonas (activa/ pasiva), enmarcada por los dos nuevos espigones se abren hacia el mar caribe. Al este unas terrazas permiten albergar usos blandos (área de picnic/ área de fiestas), y dejar un gran margen de seguridad entre el club y el río Naiquatá. Al oeste, un edificio de servicios sirve como mirador hacia la marina existente y el terreno dado. Al mismo tiempo, esta pieza exalta la conexión física entre la plaza propuesta y el farito, icono del club. Al sur la gran plaza de conexión acentúa la inclusión de un nuevo faro-hito. Al centro del terreno una retícula con dirección norte-sur, ordena los usos deportivos, de recreación, de ocio y las áreas verdes. Por encima de esta lógica reticular un conector peatonal la recorre dando acceso a las diversas áreas. A nivel visual dos líneas de luminarias conectan y enmarcan las perspectivas desde la plaza propuesta hasta el farito.