El margen norte de la avenida Río de Janeiro es lugar desaprovechado. Su lozalización es privilegiada, al borde de una urbanización de gran animación urbana, con alta capacidad de articulación metropolitana, con vistas inmejorables al El Ávila y con un corredor arbolado que provee un microclima especial. Sin embargo, este sector se presenta como un territorio aislado, monofuncional y subutilizado.

Se hace evidente la necesidad de imprimirle a este sector de dos características fundamentales: conectividad y contraste. De allí surge “proyecto KIBOU”. El efecto KIKI/BOUBA fue descubierto por el psicólogo W. Köhler en 1929, para articular un lenguaje que permita comunicarnos. El sonido “KI” refiere de movimientos angulares, superficies duras articuladas con la trama urbana, con la intermodalidad y el intercambio comercial. En oposición, “BOU” refiere a la forma sinuosa, sosegada, al movimiento pausado vinculado al paisaje. La propuesta busca articular estos tipos de espacios: una sucesión de plazas intermodales (KI) duras articuladas con espacios de parque urbano (BOU) donde lo bucólico toma presencia.

Para viabilizar esta y facilitar su mantenimiento, planteamos cinco líneas estratégicas:

 1.    MOVILIDAD tanto inmediata como metropolitana. Incluyendo intervenciones de tránsito, vehicular y de bicicletas, con propuestas de señalización, control operacional, rediseño y gestión del suelo procurando además un aumento de estacionamientos. También un estudio de transporte público tomando la idea de transbaruta servida desde las plazas intermodales (KI) para hacer mas eficiente el sistema. Por último, clarificar esquemas de peatonalidad dándole continuidad al sistema de espacios públicos.

2.    TECNOLOGÍA para maximizar la conectividad virtual del sistema y procurar maximizar el retorno de la inversión. Primero, incluir patrones de publicidad digital, para activar la comunicación con el usuario sin afectar criterios de seguridad vial. Incluir mecanismos de interacción con el ciudadano a partir de las redes sociales. Y la incorporación de un centro integral de gestión urbana (CIGU) como lugar para el monitoreo de la movilidad y la seguridad ciudadana.

3.    SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA, a partir de la generación de un fideicomiso que permita rentabilizar la operación urbana. Primero, la incorporación de espacios rentales que permitan un retorno de la inversión por la gestión del suelo público. Luego, la diversificación en el uso del espacio en el día (programas diurnos y nocturnos), en la semana (actividades tanto laboral como recreativas) y en el año (espacios para programas especiales como ferias gastronómicas o de diseño). Por último, el retorno de la inversión por la gestión del parcelario privado, a través del cobro de plusvalías y otros instrumentos de gestión urbana.

4.    SOSTENIBILIDAD SOCIAL con la promoción de espacios para el roce cívico. Por un lado, espacios de ocio, como comercios en plazas intermodales (KI) y de sosiego en parques (BOU). La mezcla de usos con la incorporación de una diversidad programática en pabellones de diseño genérico. Y, la consolidación de suelos públicos como escenario para la animación a partir de programas culturales para todos los grupos etarios.

5.    SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL. Generando una biodiversidad a partir del rescate de los caobos existentes junto a nuevas especies en equilibrio, buscando la atracción de la fauna caraqueña (reservorio de guacamayas, mariposas, etc). Luego, criterios de ahorro energético con el uso de páneles solares y de vibración automotora para la electrificación del sistema. Finalmente, la gestión del agua con suelos blandos y sistemas de recolección de aguas de lluvia para el mantenimiento del parque.

El proyecto se piensa desde su FACTIBILIDAD, la relación entre plazas intermodales (KI) y parques urbanos (BOU) se traducen en ideas replicables que se sucederán a lo largo de la avenida, procurando su sencilla y rápida implementación por etapas.